“La interpretación del pasado ayuda a entender el presente y a guiarse tentativamente en él. Esto se debe no solo a las persistencias y continuidades que existen en el orden geográfico o de recursos naturales. También se debe al hecho de que la historia provee la posibilidad de recuperar la experiencia de una sociedad, sus formas de resolver las crisis y de promover consensos, en suma de hacer política.” Es en este sentido que Tomás Moulián –de ya basta experiencia en este tipo de análisis– logra hacer un recorrido de un siglo (1890–1990) en el cual reflexionas acerca de temas polémicos y controversiales, pero siempre con mirada crítica y en busca, más que de juzgar, de lograr entender cuál sería la mejor forma de afrontar el presente y el porvenir.