Aceptar el acto humano de perder es la mejor forma para emprender un camino hacia la realización personal.
Si ganar es una motivación legítima y natural, si alcanzar nuestra cima es un objetivo admirable, los tropiezos del camino han de ser incluidos en nuestra álgebra personal. La aceptación tranquila, humilde y consciente de una realidad irrefutable, el acto humano de perder, es la mejor plataforma para desafiar los límites y ganar partidos “imposibles”.
Quién soy es una pregunta transcendental, decisiva, radical, muy difícil de plantear y contestar sin la presencia didáctica de la pérdida. Hay mucho de sabiduría, autenticidad y libertad encerrada en la experiencia humana de perder. Es ella la que nos instruye y explica enseñanzas valiosas sobre la vida, su dureza, y sobre nosotros mismos.
¿Qué es el éxito? ¿Quién lo define? ¿Sabe perder? ¿Cuál es su particular recuento de victorias y derrotas? Como en los partes de guerra, ¿cuál es su balance final de pérdidas? ¿Lastran su odisea personal o la guían y enriquecen dotándolo de una mirada más realista, humilde y sabia? ¿Qué es el éxito? ¿Quién lo define? Estas son algunas de las preguntas que el autor se plantea a lo largo del texto.