Él era el hombre perfecto para hacer aflorar de nuevo a la verdadera Lucía Acosta
Lucía Acosta, juerguista y alegre, era la chica a la que todo el mundo quería invitar a sus fiestas. Además, con su exótico aspecto sudamericano atraía a todos los hombres.
Ocultando un terrible secreto, Lucía, más pálida e introvertida que nunca, había pasado de ser la reina de las pistas de baile a ser la mujer que las limpiaba. Justo en ese momento, un fantasma de su pasado hizo acto de presencia…
¡Luke Forster reconocería aquellas curvas en cualquier sitio porque había crecido hipnotizado por ellas! Lucía siempre había sido intocable para él porque era la hermana pequeña de su mejor amigo.