Mirín vive en un mundo mágico, en el que se reciben todos los sueños de los seres humanos. Estos sueños se transforman en pensamientos y se mandan de vuelta a la Tierra.
Mirín es recolector de sueños de niños felices, pero un día le cambian de sala de trabajo, y entonces descubre la existencia de niños tristes, lo cual pondrá totalmente “patas arriba” todas sus ideas sobre el mundo de los humanos.