Paraíso Perdido es la gran épica espiritual de Occidente. Es, asimismo, el resultado del heroísmo espiritual y poético de su autor. Milton lo compuso ciego, empobrecido y acosado por sus enemigos políticos, obligado a memorizar los versos que le traían la noche y las primeras horas del alba hasta disponer de un amanuense que le liberase de los apremiantes frutos de su inspiración. Como monumental visión y representación poética de la mitología cristiana, Paraíso Perdido ha sido enarbolado por la tradición religiosa más ortodoxa, pero la turbadora heterodoxia del poema rezuma por todos sus poros a la primera mirada.