Desde la oscuridad
ìDicen que los muertos no hablan, pero, si uno escucha atentamente, claro que los oye hablarî. Por su rango en el Departamento de Policía de Los Ángeles, el teniente detective de Homicidios Peter Decker no recibía demasiadas llamadas de servicio a las tres de la madrugada, a menos que el caso fuera muy grave o despertara el interés de los medios de comunicación, o ambas cosas a la vez. Alguien había entrado de noche en Coyote Ranch, el lujoso rancho del constructor y millonario Guy Kaffey, y lo había matado a tiros, junto a su esposa y cuatro de sus empleados. Peter, sus detectives Scott Oliver y Marge Dunn y el resto de su equipo de investigación de homicidios no tardaron en averiguar que aquellos truculentos asesinatos eran obra de alguien que pertenecía al entorno de la familia. ¿Se trataba únicamente de un robo y un asesinato, o formaba parte de algo aún más retorcido?
El ahorcado
Quince años atrás, Chris Whitman, en su último curso de instituto, fue a prisión por asesinar a su novia, Cheryl Diggs. Impulsado por un equivocado sentido de la caballerosidad, confesó, decidido a librar a otra compañera de clase, la hermosa y vulnerable Terry McLaughlin, de tener que testificar en su juicio. Cuando la verdad salió a la luz, Chris salió de prisión, se casó con Terry, que estaba embarazada de él, y se cambió el apellido por el de Donatti. Peter Decker fue el detective encargado del caso y, a lo largo de los años, mantuvo el contacto con Terry. Ahora su amiga estaba en Los Ángeles y le pedía un favor, pero el favor no tardó en complicarse cuando Terry y Donatti desaparecieron. Pero Decker tuvo que compaginar la búsqueda de Terry con un truculento asesinato.