Hablando con franqueza, sí, sí es preferible que los gringos vengan y nos hagan vivir otra vida como la suya y no ésta, que no es vida; ¿quién la goza?, dígame usted; los pobres no, los ricos tampoco, que ni saben para lo que sirve el dinero; las mujeres, todo el tiempo trabajando, como esclavas, teniendo familia, siempre vestidas de negro, siempre aterrorizadas.