Una cajera de cine, un guitarrista de jazz decepcionado, una joven y voluntariosa psicóloga, un expresidiario que huye de su pasado, dos hermanos chabolistas o un marido despechado que ha dejado su destino en “manos de los dioses” son algunos de los personajes cuyas vidas se entrecruzan en una urbanización llamada “Los Sauces”. Construida en las afueras de Madrid, sobre lo que en la década de los treinta fue una posada para viajeros en ruta hacia la capital, las olvidadas pasiones y rencillas acaecidas entre sus muros se mezclan ahora con el incierto presente de la urbanización.
De una forma u otra todos quieren comenzar una nueva vida. Amparados en el rumor del tiempo, con cada paso que dan, sus relaciones se estrechan azarosamente en torno al mito de la antigua posadera, sus huéspedes, un viejo escribiente y los sucesos allí acaecidos durante la contienda bélica.
Testigos mudos, tres escolares, Dimas, Zoe y Juan Antonio, atisban con sus miradas errantes los primeros esbozos del despertar de sus sentidos. En “Los Sauces”, es tiempo de cambios y de nuevas esperanzas.