Isabel y Elías viven en un pueblecito de León. Son huérfanos y viven con sus ancianos abuelos, humildes, pero trabajadores y honrados. Isabel es una muchacha preciosa y su vida transcurre sin sobresaltos; es feliz, cuidando de ellos, hasta que su tranquilidad se ve alterada con la llegada al pueblo de un muchacho mundano y elegante, de Madrid, del que se enamora perdidamente a pesar de ser advertida por sus abuelos del peligro de ese amor. Cuando mueren sus abuelos, Elías e Isabel se marchan a Madrid a trabajar. Y allí sus vidas darán un giro cambiando para siempre.