Las meditaciones que contiene este libro no son ninguna especie de nuevas doctrinas; tampoco se trata de un libro de meditaciones sobre teología cristiana, sino de las memorias de un místico que tuvo el valor de ver la realidad y que, como consecuencia de ello, vivió lleno de compasión y amor por todos los seres y todas las cosas y se deleitaba con todo y con nada. En cierto sentido, el libro tiene algo de autobiográfico, porque refleja la dolorosa trayectoria que tuvo que recorrer Tony en los últimos años de su vida para renunciar a cualesquiera ideologías, fórmulas e inclinaciones y acceder a la vida, al amor y a la libertad y estar solo. El libro versa, ante todo, sobre el amor y los obstáculos al mismo: apegos, instintos, deseos…; en una palabra: sobre los condicionamientos y el modo de liberarse de ellos y conseguir ver, conseguir amar. Se trata, pues, de profundas meditaciones que intentan ayudamos a evadimos de la prisión de nuestros condicionamientos y liberarnos de las fórmulas que nos impiden ver la realidad. Meditaciones que nos hacen caer en la cuenta de que, para alcanzar la Verdad, necesitamos un corazón que renuncie a todas sus programaciones y a todo su egoísmo, un corazón que no tenga nada que proteger y nada que ambicionar, un corazón, por tanto, libre y audaz. Estas meditaciones ponen en tela de juicio ciertas teorías comúnmente aceptadas, tales como: sólo puedes amar cuando te sientes profundamente amado por alguien, etc.; y abundan en afirmaciones enigmáticas, como por ejemplo: sólo puedes amar cuando estás solo ; el amor es, el amor no pretende nada, etc. Tony nos ayuda a asomamos al misterio del amor.