Efectivamente, hay caminos en la vida que como el tren de Hogwarts, solo se pueden tomar si uno se lanza de cabeza contra un muro y se atreve con lo imposible; o personas que cuando hablan vuelven luminoso y profundo lo que dicen, o que con solo hablar resultan encantadoras, o te hacen sentir ligero y apenas tocando el suelo, mientras que otras nada más aparecer oscurecen los días y oprimen el pecho.