Pero ¿no ha sido el colmo del absurdo, de la tontería mayor el que esta desgraciada, deleznable y tonta criatura haya podido soñar con que yo estaba enamorado de ella? Dile a tu amo, Nelly, que nunca en toda mi vida me he topado con algo tan abyecto y que hasta el nombre de Linton lo deshonra. Algunas veces sólo por falta de inventiva me he aburrido de probar a ver hasta dónde llegaba el aguante y su capacidad de seguir arrastrándose y colgándose indignamente de mí. Pero dile también, para alivio de su corazón de hermano y de magistrado, que me mantengo estrictamente dentro de los límites de la ley.