mientras que en 1960 60% de la inversión bruta de la industria manufacturera se destinaba al sector textil y 22.7% a la industria de alimentos, 15 años después esos porcentajes habían descendido a 19% y 12.4%, respectivamente, en tanto que la industria automotriz había pasado a ser la principal rama industrial con 27.1% de la inversión, seguida de la producción de metales pesados con 18.9%.