Sartre sitúa esta pieza teatral en una ciudad americana del Sur y en ella un triángulo fatídico condenado a entenderse: La puta respetuosa (el pueblo llano), el político (los gobernantes) y el negro (el chivo expiatorio). No se limita a narrarnos una historia de racismo (blancos contra negros), sino que va más allá: La historia de como una sociedad se constituye y se relaciona entre sí, la ausencia de ética, el asomo de algún remordimiento, de algún acto bueno, pero la sombra alargada de que el hombre es el lobo del hombre siempre está ahí. Se representó por primera vez el 8 de noviembre de 1946 y sorprende ver como, si nos miramos en ella, podemos vernos perfectamente.