Las notas de «Adiós Nonino»; las lágrimas de Máxima de Holanda durante su enlace con el príncipe Guillermo; la foto que descubre, entre los invitados, el rostro de una peligrosa activista hija de un banquero alemán. Así arranca esta trepidante carrera de maratón, con sus 42 capítulos y 195 metros finales, inspirada en los movimientos xenófobos y ultranacionalistas en la Europa de nuestros días.
El protagonista de Las Zapatillas Vietnamitas, Daniel Conques, aceptará el encargo policial de descubrir los planes de una poderosa organización neonazi cuyos líderes son, como él, corredores de maratón y emplean en las pruebas unas zapatillas idénticas a las que le regaló su esposa, la periodista Amalia van Campen, muerta trágicamente en los Andes.
Las zapatillas vietnamitas no es solo un thriller culto y adictivo; es un género narrativo que combina con destreza y elegancia lo mejor de la novela de acción y aventuras con la de ficción histórica, de suspense con la de viajes, todo ello sobre la base de una sólida documentación que acredita a un autor con mucho oficio y capaz de deslizarse con soltura sobre la delgada frontera que separa lo real de lo inverosímil.
