Tiene usted un niño, lady Windermere. Vuelva usted con ese niño, que, como hasta ahora, en el dolor o en la alegría, puede estar llamándola a usted. (LADY WINDERMERE se pone en pie.) Dios le dio a usted ese hijo. Él le exige que le proporcione una vida hermosa; que vele por él. ¿Qué contestará usted a Dios si su vida queda arruinada por culpa de usted?