Contra la idea de que la globalización conduce a una cultura homogénea, bajo la batuta estandarizadora de los Estados Unidos, Néstor García Canclini dijo alguna vez que «hay muchas más oportunidades en nuestro futuro que optar entre McDonald's y Macondo». Las historias de músicos en tránsito que se cuentan en este libro muestran, precisamente, cómo algunos de los artistas más influyentes de la música popular argentina hicieron una carrera internacional y llegaron a públicos de todo el mundo, trabajando con creatividad esa tensión entre las demandas y limitaciones de un circuito comercial en manos de multinacionales y sus propias búsquedas estéticas e ideológicas.
Karush Cuenta las trayectorias en el exterior de Oscar Alemán, Lalo Schifrin y el Gato Barbieri, en particular sus vínculos con el jazz y el modo en que debieron adaptarse al casillero de «música latina», confirmando estereotipos y a la vez explorando márgenes para la impronta personal. Analiza el itinerario de Mercedes Sosa, quien a principios de los sesenta tuvo eco en un público reducido que apreciaba la poesía y la delicada música de sus temas, y se transformó en una estrella internacional cuando se reinventó como la encarnación de un indigenismo abstracto y el ícono de un latinoamericanismo revolucionario. Y el de Astor Piazzolla, que tomó como modelo el cool jazz norteamericano para transformar el tango en un género sofisticado acorde con la modernización de los sesenta y el nacionalismo cosmopolita que cultivaban las clases medias.
En ese circuito de apropiaciones y reelaboraciones, los artistas crearon estilos y géneros híbridos (Sandro y la balada pop, Santaolalla y el rock latino), pero también maneras nuevas de representar la argentinidad. A través de un relato atrapante, atento a la riqueza de las historias personales, este libro es una pieza decisiva para entender la estructura jerárquica de la globalización y los procesos de construcción de identidades.