La Red

d.
–No sé… –De verdad era difícil de decir–. Quizá dieciocho… ¿veinte?
–Treinta y uno –la dejó pasmada Nina–. Y dos títulos: uno en Bellas Artes y otro en Psicología.
Magdalena quedó con la boca abierta.
–Más un diploma del conservatori

El tercer libro que puso en las manos de Gabriel fue Los miserables. Nunca lo había leído y su primer pensamiento fue q

–De nuevo –le pidieron cuando hubo terminado.
El segundo libro que le dio el fraile fue Los novios.

llamaba Ricardo, era mayor que él por algunos años; estaba dentro desde hacía un año y medio, por una historia de tráfico,

viernes; no era un día como otro, sino el de su cumpleaños, de él y de Miguel, solo que Miguel no había llegado. Hubieran cumplido dieciocho años

hecha.
–Soy Antonio –dijo el otro, tendiéndole la mano–. Era el mejor amigo de Miguel.
Tenía un apretón podero

oreja hasta debajo del cuello, y luego se levantaba hasta llegar a su mejilla. Sin e

primero en venirle al encuentro fue un perro, un joven Border Collie literalmente loco de alegría. Magdalena no pudo conten

somos nosotros los que decidimos si ser ángeles o bestias.

Algunas veces es hasta cómodo saber que alguien decide por ti.