«Lombardi se enfrenta a un nuevo y más peligroso caso donde tanto las autoridades como los silencios se lo pondrán cada vez más difícil en un escenario que no conoce».
Verano de 1942. Carlos Lombardi se ve obligado por la policía del Nuevo Estado a seguir el rastro de un joven desaparecido. Todavía en libertad provisional, con un inestable trabajo en la agencia de investigación Hermes, el exinspector republicano se enfrenta a un mundo rural para él desconocido en la Castilla profunda; un mundo de silencio y miedo marcado por la cruel represión durante los primeros meses de la reciente guerra civil.
Bajo la lejana tutela de su antiguo inspector jefe Balbino Ulloa y el apoyo a distancia de Alicia Quirós y Andrés Torralba, sus atípicos compañeros de fatigas, Lombardi debe afrontar la prepotencia de los vencedores, el consolidado caciquismo, las corruptelas cotidianas y la actitud huidiza de los vencidos. Hombres que no quieren ni pueden mirar atrás, mujeres que buscan su sitio a contracorriente, gentes que esperan pacientes ver devorada la tierra y la historia de sus antepasados por el agua de un futuro pantano. Un paisaje marcado por campos de concentración y fosas comunes en territorios por todos conocidos que nadie se atreve a transitar.
De Tiempo de Siega se ha dicho:
«La obra se enmarca en el género que ha dado en llamarse “totalitarismo noir”, es decir, novelas de tramas policiales ambientadas en la Alemania nazi, la Unión Soviética o, en este caso, la España de Franco en la posguerra”.
EFE «El escritor valenciano pergeña una novela que tiene más de crónica social de cómo era el país en los años 40 que de la propia trama policial, aunque el suspense se mantiene de manera extraordinaria en todas sus páginas».
Todoliteratura.com
«Ese oficio suyo, el del arte de novelar, es el que convierte Tiempo de siega en una historia milimétricamente narrada, en la que no sobra ni falta nada».
Juan Bolea, El Periódico de Aragón