“Germinal”, publicada en 1885, es una de las obras más emblemáticas de Émile Zola, destacándose por su representación vívida de la lucha de los mineros en el norte de Francia durante el siglo XIX. La novela sigue a Étienne Lantier, quien se convierte en un líder de la lucha obrera, retratando el contexto de explotación y sufrimiento bajo un estilo naturalista que se distancia de las idealizaciones románticas. Con un lenguaje denso y detallado, Zola mezcla narración y descripción, creando una atmósfera opresiva que refleja la realidad de la clase trabajadora. Este enfoque se sitúa dentro del contexto del naturalismo, movimiento literario que buscaba explorar las influencias biológicas y sociales en el comportamiento humano, lo que Zola hace magistralmente con sus personajes y entorno.
