Amaia, una joven militante de ETA, sola y con una hija, vive en el
Madrid de los estertores del franquismo oculta de la policía y de
sus antiguos compañeros de organización. Ha tenido que dejar el confort del exilio para evitar los malos tratos de su jefe de comando,
compañero sentimental y padre de su hija. Todo ello ocurre
en un momento en que la ciudad, el país entero, bulle de organizaciones
clandestinas, en las que militan jóvenes entusiastas,
estudiantes y obreros, que pretenden cambiar el mundo y acabar
con la sombra opresiva de la dictadura. Franco está a punto de morir, pero aún tiene tiempo de firmar las penas de muerte de Puig Antich o de los militantes de ETA y del FRAP. La obra describe
aquellos tiempos heroicos, con la ternura de la distancia respecto
de aquello que ahora se describe con tanta crudeza como
el «régimen del 78».