El Yoga Supremo

Así como la nada vacía e inerte se conoce como espacio, la mente es la nada vacía. Así la mente sea real o irreal es lo que comprende a los objetos de percepción. Rama, el pensamiento es la mente, no hay distinción entre los dos. El ser que está vestido en el cuerpo espiritual se conoce como mente; es aquello que lleva al cuerpo físico o material a la existencia. La ignorancia, samsara (las historias repetitivas), la sustancia mental, las ataduras, las impurezas, la oscuridad y la inercia son todas sinónimos. La única experiencia es la mente; no es nada más de lo que se percibe.

En realidad ni el universo objetivo, ni el ser que percibe, ni la percepción como tal, ni el vacío, ni la inercia existen; solamente existe uno – la conciencia universal. En esto la mente es la que conjura la diversidad, las acciones y las experiencias distintas, la noción de atadura y el deseo de liberación.

El esfuerzo personal está basado en estas tres cosas: conocimiento de las escrituras, instrucciones del preceptor y el empeño personal (el destino); la dispensación divina no cabe aquí. Por lo tanto aquel que desea la salvación debe desviar la mente impura hacia entornos puros mediante un esfuerzo persistente: esta es la misma esencia de todas las escrituras.