Benedicto XVI anuncia y convoca un «año sacerdotal» para que, en cada uno de los días, se haga memoria de las maravillas que el Espíritu del Señor puede llegar a realizar cuando un sacerdote se pone incondicionalmente a la escucha fiel de las inspiraciones que llegan de lo Alto. Esta conmemoración del 150º aniversario de la muerte de san Juan María Vianney no debe quedarse solo en el recuerdo sino que hay que llenarlo de actualidad, haciendo que se perciba cada vez más la importancia del papel y de la misión del sacerdote en la Iglesia y en la sociedad contemporánea.