El ladron de tumbas

En el reino de Dios, lo que va, vuelve. Si sigues orando de nuevo y de nuevo, una y otra vez, tu vida se convertirá en un tiovivo de milagro

Lo que impide que ocurran milagros muchas veces es nuestra propia holgazanería.

Dios resucita los sueños de entre los muertos.

Sin embargo, el truco está en aprender a vivir como si Jesús hubiera sido crucificado ayer, se hubiera levantado de entre los muertos hoy y volviera mañana[3].

La resurrección cambia la historia, cambia el juego.

Cuando salió de la tumba por su propio poder, eliminó la palabra «imposible» de nuestro vocabulario.

No hay término medio. Jesús es el Señor de todo, o no es señor de nada.

C. S. Lewis: «Jesús es, o bien un mentiroso, o un lunático, o de veras quien afirmó ser, el Señor»[9].

Porque solo tenemos dos opciones: Jesús era quien afirmó ser, o no lo era. No hay término medio.

Si la resurrección no sucedió, el cristianismo es una de las bromas más pesadas de la historia.