Sacar a Allie Mathews de las ruinas de su casa debería haber sido una tarea más en el cumplimiento de su deber, pero los inocentes ojos azules de Allie provocaron en Ricky un irreprimible deseo de protegerla, así que la invitó a que se quedara con él mientras encontraba un lugar donde vivir. Al cabo de poco tiempo, Ricky ya se estaba replanteando su intención de permanecer soltero, pero ¿cómo podía demostrar su amor a Allie si ni siquiera era capaz de encontrar las palabras adecuadas?
Allie se sentía tan vulnerable que quería una vida sin riesgos… hasta que apareció Ricky para protegerla y sacarla de su aburrido mundo. Vivir con él era un auténtico torbellino de emociones, pero ella temía no poder seguir a un hombre que estaba acostumbrado a vivir siempre al límite.