Como dice el autor, la historia bien puede contarse en negativo. Si hay vencedores es que hubo perdedores. Y la historia de estos perdedores completan la historia oficial. En este libro se describen las glorias y pesadumbres de romanos como Sertorio, visigodos como Hermenegildo, ovispos como Prisciliano, o colectivos como carlistas o anarquistas. En definitiva, una forma distinta de ver la historia desde el ángulo del perdedor, que no siempre fue el peor aunque vencido al fin.