La rivalidad que existe entre los dos grupos se remonta a la guerra de Troya, Clarisse. Los griegos invadieron Troya y la redujeron a cenizas. Eneas, el héroe troyano, escapó y llegó a Italia, donde fundó la raza que un día se convertiría en Roma. Los romanos se volvieron más y más poderosos, adorando a los mismos dioses pero con distintos nombres y con personalidades también ligeramente distintas.