En un mundo donde la muerte está al acecho, no hay tiempo para remordimientos de conciencia ni para vacilaciones. Sólo hay tiempo para decisiones. Es indiferente de qué decisiones se trate, ninguna tiene más o menos peso que las demás. En un mundo donde la muerte está al acecho, no hay decisiones trascendentales o intrascendentes. Sólo hay decisiones tomadas por el guerrero a la vista de su inevitable destrucción.
Carlos Castaneda, La rueda del tiempo