“La historia de los anarquistas es la historia de las experiencias migratorias”, ha dicho Christian Ferrer y son los inmigrantes quienes actualizan de mejor modo aquel pasaje evangélico en el que se afirma a Nicodemo que todos tenemos derecho a un segundo nacimiento.
Rafael Barrett «nació con veintisiete años y murió con siete», afirma Santiago Alba. Rafael y Luce Fabbri, inmigrantes europeos en América, personifican la trayectoria de las ideas anarquistas, originadas en el viejo continente, pero que al tocar estas tierras adquirieron un valor y sentido renovado.
Es por esto que ambos son pensadores latinoamericanos, ya que, pese a los lugares de nacimiento y los importantes años de formación que tuvieron en Europa, la mayor parte de sus producciones intelectuales fueron creadas en y desde América Latina.