El hilo de Oro

Una mujer siempre está del lado del amor, hermana zorro —añadió con una sonrisa que hubiera casado bien con el rostro de una zorra—. Los hombres siempre están del lado del poder.

Claro. —Zorro evitaba mirar a Jacob.

Se la había regalado. No servía de nada que lo hubiera hecho para protegerla. Ni lo más mínimo. Ella le pertenecía a él. ¿Por qué ese tipo de verdades solo se admitían cuando se habían convertido en mentira?

—Te he dado el nombre equivocado, Devi —dijo él esparciendo las flores a los pies de ella.

—¿Cuál es el correcto?

—Kali.

Él la tomaba por tonta, como a todas las mujeres. Por la amante depuesta de un rey.

El amor la había vuelto tan pequeña.

El miedo era un animal que crecía cuando se cedía a él.