John Middleton, «Predicador» para los amigos, estaba a punto de cerrar el bar donde trabajaba cuando entró una joven con un niño de tres años intentando protegerse de una fría noche de octubre. Como cualquier marine, Predicador sabía reconocer una situación de crisis nada más verla, y aquella mujer estaba cubierta de moratones. Inmediatamente deseó protegerla,castigar a quien le hubiera hecho aquello, pero supo también desde el primer momento que aquella necesidad de protegerla iba acompañada de otro sentimiento. Paige Lassiter había conseguido despertar nuevos sentimientos en aquel gigante de buen corazón, sentimientos a los que hasta entonces jamás se había permitido dar rienda suelta. Pero cuando el ex marido de Paige apareció en Virgin River, Predicador supo que su propio futuro estaba en peligro. Y si había algo que había aprendido del lema de los marines, Semper Fidelis, siempre fieles, era que había cosas por las que merecía la pena luchar.