Descartes (1596 — 1650) señala un hito en la historia de la filosofía, puesto que abre la puerta de la modernidad filosófica al desplazar el centro de la reflexión hacia la conciencia pensante del hombre. Constituye, en este sentido, un primer paso en el camino que el pensamiento ilustrado culminará con la obra crítica de Kant. Descartes marca, además, toda la filosofía del siglo XVII en su empeño por otorgarle la solidez y la fiabilidad conceptual propias de la matemática y de la ciencia física. El célebre «cogito ergo sum» (pienso, luego existo) sitúa el fundamento del conocimiento en el sujeto reflexivo y lo arranca del dogma religioso aceptado acríticamente, que había definido gran parte del pensamiento medieval. Este libro examina la naturaleza y las implicaciones de tal novedoso enfoque.