Otras razones por las que no buscamos a Dios pueden incluir incredulidad, ignorancia, miedos, desconfianza de la bondad de Dios, egoísmo, flojera, falta de interés, rebelión, infidelidad, recelo de Dios, juguetear con Dios al tratar de tener el control de nuestra vida, proyectar experiencias negativas a Dios con un padre terrenal y seguir dioses falsos.