Acércate y escucha

confiaremos ciegamente en tu caja de cerillas y en mi sentido de la orientación cuando estemos buscando el camino a casa.

Su conciencia, ¿le molesta mucho? Se pasa a charlar de vez en cuando. ¿Está listo para conocer a su Creador? Tanto como una ardilla que cruza la carretera.

El chucho blanco y negro en el patio también ha encontrado la religión ladrando a un extraño gato subido en un árbol como si fuera el mismísimo demonio.

Un temprano rayo de luz demasiado brillante para ser soportado por el ojo humano, como si la noche fuera cortada por una navaja a punto de atacar desde el tejado la inmensa ciudad a sus pies

Felices aquellos que pasan sus horas de vigilia disfrutando de esa extraña dulzura que acaba con las preocupaciones del mundo, excepto con la que concierne a su amor

por el hombre o la mujer que no sospechan que están siendo amados por un desconocido

Entre mis visitantes póstumos

También hay una vaca a la que los soldados le sacaron los ojos con un cuchillo y a la que quemaron paja bajo la cola para que corriera ciega sobre un campo de minas y desde entonces ronda mi cabeza de vez en cuando

esta figura sombría que camina hacia adelante con los brazos extendidos mientras le pide a Dios algo de magia escénica para que su hijo se levante de donde yace y regrese a casa con ellos.

Uno sacude los brazos para detener la caída

La pelirroja de la que todos estábamos locamente enamorados, que se sentaba en la escalera de incendios fumando hasta altas horas de la noche, también debe de estar escondida.

El muchacho flaco con muletas que siempre llevaba un libro, tal vez no haya ido muy lejos.

La oscuridad llega pronto en esta época del año y hace muy difícil reconocer caras conocidas entre las de los extraños.

supongo que no se pierde nada por intentarlo