esta manera de emplear el grabado llega hasta nuestros días (punta seca, aguafuerte, aguatinta…), aunque hoy suele quedar circunscrita a la actividad de artistas plásticos y no de ilustradores. La siguiente gran innovación fue la ilustración en piedra litográfica (nacida en 1798), que, a diferencia de los grabados anteriores que debían colorearse a mano, llevó a la impresión en colores, antecedente de las modernas técnicas de fotograbado.