Cada clase, en virtud de esta distinción, obedece a principios distintos; aun así, ambas defienden la existencia de un terreno común, y puede decirse sin faltar a la verdad que el motivo y fin último de cualquier arte es crear un patrón; patrón que puede componerse con colores, con sonidos, con actitudes cambiantes, con figuras geométricas o líneas que imitan; pero un patrón, en definitiva. Este es el plano en el que estas hermanas se encuentran; es por causa de esto que son artes; y aunque a ratos sea admisible que olviden sus infantiles orígenes, dedicando su inteligencia a tareas más adultas, realizando inconscientemente esa función que les resulta necesaria para vivir, fraguar un patrón, así y todo sigue siendo imperativo que el patrón sea realizado.