—Ven aquí —dice y acompaña las palabras con un gesto de la mano.
No sé si conozco a la persona que se mueve y se acomoda para que apoye la cabeza en el hombro de Oak. Ese «yo» siente su aliento en el pelo y la presión de sus dedos extendidos en la parte baja de mi espalda. Enreda los pies con los míos y mis dedos rozan el pelaje justo por encima de sus pezuñas. Apoyo la mano en su estómago y no puedo evitar sentir sus abdominales duros, sus músculos y sus cicatrices. Cuando la muevo, se le corta la respiración.
QUE LINDOOO 🥺