―No, Sunny. No debería tener miedo. Eres lo que menos miedo me da en la vida. No sólo estás tatuada en mi piel. Estás marcada en mi corazón. Tejida en la fibra de mi ser. La persona más constante y tranquilizadora de mi vida. Cuando cierro los ojos, te veo. Cuando estás lejos de mí, sueño contigo. Cuando necesito a alguien en quien apoyarme, siempre estás ahí para mí. Dios. Me has querido cuando ni siquiera he sido capaz de quererme a mí mismo. ―