—¿Quién es usted, señora? —preguntó.
La señora Heath no respondió. Se giró hacia Ricky.
—¿Es él tu búfalo africano? —preguntó.
—¿Qué? —soltó el señor R.
—Sí —respondió Ricky.
—Ya me lo había parecido —dijo la señora Heath.
Llevaba un bolso grande y caro de marca.
Sin dudarlo, metió una mano dentro.
Cuando la sacó, sujetaba en ella el revólver Magnum 357 de Ricky.
Sin decir ninguna palabra más, disparó una sola vez, directamente a la cara del estupefacto señor R.