Fuego por fuego es el relato de exilio y emigración de un padre y su hija, donde las dos voces expresan el abismo que las separa. La novela, tan breve como arrolladora, representa el drama de los hijos del exilio. Esa segunda generación desubicada que nada re— cuerda de su país de origen ni de las penalidades de la huida y la llegada a su nuevo hogar, y para la que la vida en un suburbio marginal de una ciudad es la puerta abierta a la soledad y la violencia.
Un padre interpela a su hija recordando todo lo sufrido desde que unos radicales arrasaron su pueblo y les dejaron entre cadáveres dándolos también por muertos. Rememorando su odisea mientras luchaba por llegar al paraíso europeo, él intenta descubrir en qué ha fallado para que su hija, entonces un bebé, se haya convertido en verdugo. La rabia urbana de la joven Adama, acusada de causar un incendio, se enfrenta al mutismo sabio y resignado de su padre. El discurso de este, interrumpido por los recuerdos de la joven, narra esas dos tragedias simultáneas, la del padre abrumado y exhausto, y la de esa hija, inconsciente y marginal, hasta completar un bocado de realidad fascinante.