Tras el reinado de tres mil quinientos años de Leto II, el Dios Emperador, el imperio quedó a su suerte. Durante mil quinientos años, los tiempos de la Hambruna y la posterior Dispersión, la raza humana se ha desperdigado por las profundidades del espacio. Algunas facciones han desaparecido o perdido su influencia, como los fremen, decaídos durante el reinado de Leto II, y las Habladoras-pez, el antiguo ejército femenino del Dios Emperador, o los Ixianos, cuyo dominio tecnológico va desapareciendo con las contribuciones aportadas por la Dispersión. Otras facciones han aparecido en la Dispersión, como los nuevos Danzarines Rostro, independizados de sus creadores tleilaxu y las Honoradas Matres, supuestas descendientes de las Habladoras-pez y las Bene Gesserit dispersas. La destrucción de Arrakis y la eliminación de los Tleilaxu del imperio por las Matres han provocado que la producción de especia se encuentre limitada a los aún relativamente pequeños gusanos de arena de Casa Capitular, planeta sede de la Nueva Hermandad que Murbella intenta crear, integrando a las combativas Honoradas Matres en la más antigua y madura Bene Gesserit. Sheena, los gholas Duncan Idaho y Miles Teg, junto con un grupo de Reverendas Madres contrarias a la integración y los refugiados en la no nave (Scytale, el último Maestro tleilaxu vivo, los judíos que protegieron a Lucilla tras su huida de Lampadas, junto con cuatro futars rescatados y siete gusanos recogidos del desierto de Casa Capitular) han escapado un universo alternativo, en busca de otro futuro. Pero el Enemigo que expulsó a las Honoradas Matres de su imperio en la Dispersión se acerca, y Kralizec, la batalla del fin del universo, se acerca. El destino de la Humanidad está de nuevo en juego.