—Ahora serás solo la baronesa Falmouth.
—¿Cómo… dices? —Madeleine se detuvo y lo miró. Nicholas sonreía.
—Al rey Guillermo no le ha parecido apropiado que me quedara sin título —le dijo, aludiendo al nuevo rey, el hermano de Jorge IV, que le había sucedido en 1830—. Al parecer, cierto duque le ha contado maravillas sobre lo que has hecho aquí.
Ese duque al que se refería no podía ser otro que Devonshire, que se había convertido en uno de los mejores amigos de la pareja.
—¡Dios mío! ¿De Falmouth?
—¿Acaso hay alguien que se lo merezca más que tú?