—Tú prueba y ya me contarás.
—Dudo que tenga tiempo para otra cosa que no sea cambiar pañales y hacer biberones. Amo a mi hijo, de verdad que sí, pero si no puedo dormir más de dos horas seguidas pronto, acabaré perdiendo la razón.
Sonrío. Bruno es el miembro más reciente de la familia y todos estamos locos por él. Es igualito a su padre, a excepción del cabello pelirrojo, heredado de Ness.
—Te las arreglarás —mascullo, y contengo un resoplido. Es un jodido afortunado, pero aún no lo sabe.
Abre la boca para decir algo, pero antes de que pueda pronunciar la primera letra, Beni entra en la biblioteca con pinta de no traer buenas noticias.
—Tenemos que hablar —sisea entre dientes.
Lagos y yo nos miramos extrañados, aunque lo de verdad raro es ver a Beni medianamente sobrio. Muchas veces me pregunto cómo es posible que su hígado esté aguan