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Ali Hazelwood

Del odio al amor

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  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    —Tendrás que intentarlo y comprobarlo —es todo lo que ella dice.

    Ian aprieta los labios y sonríe.

    —Tendré que intentarlo y comprobarlo.

    La mano libre de Hannah se desliza en la suya mientras se alejan y él piensa que tal vez sepa cuál será la respuesta. Y tal vez debería preguntar pronto.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    —Estoy bastante seguro de que nunca he pronunciado la palabra «matrimonio» antes.

    De hecho, ha sido muy cuidadoso de no mencionar nada ni remotamente relacionado. Todo el mundo sabe que Ian y Hannah están juntos, pero cuando la jefa de Ian le preguntó si iba a llevar a su mujer a la barbacoa que había organizado («La doctora Arroyo, ¿verdad? Que dirige el equipo de ECP»), se aseguró de responder: «Sí, iré con mi pareja». Cuando Sadie intentó darle su ramo de novia de lirios daneses, Hannah se quedó quieta, sin mostrar ningún entusiasmo y con las manos en los costados, así que Ian se aseguró de asentir mientras ella le enumeraba las razones por las que el matrimonio es una institución arcaica basada en una estructura capitalista.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    No sería el número cinco, como aquel martes de hace dos años en el que intentó declararse y Mara no lo dejó terminar porque se puso a gritar «¡Sí, sí, sí!» cuando apenas le había dado tiempo a pronunciar un «¿Quieres…?». (Eso le permitió pasarse toda una semana fingiendo que su intención había sido pedirle que enviara por correo el impreso del censo; muy divertido para él, mucho menos para ella).

    Que malo xD

  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    La sala estalla en vítores. Todo el mundo se levanta del asiento, celebrando, aplaudiendo, riendo, saltando, abrazándose. En medio del glorioso, triunfante y radiante caos de la sala de control de misión, me vuelvo hacia Ian y él se vuelve hacia mí con la más amplia y brillante de las sonrisas.

    Al día siguiente, nuestro beso aparece en la portada de The New York Times.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    —Ya veo. —Suspira y se muerde el labio inferior—. Hannah, si eso cambia, si alguna vez te sientes capaz de creer que puedas importarle a alguien hasta ese punto y si quisieras… cenar con ese alguien... —Suelta una risa seca—. En fin. Tenme en cuenta. Ya sabes dónde encontrarme.

    —Ah. Eh, verás… —Siento que el calor me sube por la cara. ¿Me estoy sonrojando? Ni siquiera sabía que mi cuerpo era capaz de hacerlo—. En realidad, no te estaba pidiendo que subieras solo para… A ver, tal vez eso también, pero antes… —Cierro los ojos—. Me he expresado mal. Te estaba invitando a subir porque me encantaría cenar. Contigo.

    Cuando me atrevo a abrir los ojos, Ian me mira atónito.

    —¿Es…? —Creo que se le ha olvidado cómo respirar. Se aclara la garganta, tose una vez, traga y vuelve a toser—. ¿Lo dices en serio?

    —Sí. O sea —me apresuro a añadir—, sigo pensando que no te va a gustar. No soy esa clase de persona.

    —¿Qué clase?

    —De esas personas con las que a la gente le gusta estar para cualquier cosa que no implique sexo. O cosas relacionadas con el sexo. O que vayan a terminar en sexo.

    —Hannah. —Me mira con escepticismo—. Tienes dos amigas que lo han dejado todo para estar contigo. Y asumo que no ha habido sexo de por medio.

    —No lo ha habido. Y yo lo dejaría todo por ellas, pero es diferente. Son mi gente, y… —Joder, estoy a punto de llorar. ¿Qué cojones? ¿Estás a punto de morir una vez y de repente tu estabilidad mental se va a la mierda?—. Muchas personas no pensarían lo mismo. Como mi familia. Y a ti probablemente acabe no gustándote.

    Sonríe.

    —Improbable, puesto que ya me gustas.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    Me asusta cuánto me atrae. Lo pillada que estoy. Me ha gustado desde el principio, pero mis sentimientos por él no han dejado de crecer, primero de forma constante, luego exponencial y… ¿qué se supone que tengo que hacer con ellos? Es como si me entregaran un instrumento que nunca he aprendido a tocar. Como si me pidieran que me subiera al escenario para dar un concierto sin estar preparada.

    Respiro hondo.

    —En realidad, han arreglado al ascensor. Y con esta férula me cuesta menos caminar. Así que no hace falta. Pero… —Tú puedes, Hannah. Vamos. Has sobrevivido a los osos polares gracias a él. Di las palabras—. Me gustaría que subieras de todos modos.

    Sigue un largo silencio, en el que siento los latidos de mi corazón en cada centímetro del cuerpo. Se alarga hasta volverse insoportable y, cuando no aguanto más sin levantar la vista, me encuentro a Ian mirándome con una expresión que solo sé describir como pena. Como si supiera que va a decepcionarme.

    Mierda.

    —Hannah —dice con tono de disculpa—, no creo que sea buena idea.

    IAAANNN QUE HICISTEEEEE 👹👹👹👹

  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    Ian me lleva a casa en coche después de dejar a todo el mundo en el aeropuerto, tras un inquietante intercambio de números de teléfono entre los chicos y unas cuantas lágrimas por parte de Mara y Sadie. Empiezo a sentirme más como yo misma, porque las hago pasar el control tras un severo «Basta de lloros» y unas palmaditas en el culo.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    —Ni siquiera estoy segura de que sea un Floyd de verdad. Apenas tiene el pelo rojo.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    «Hannah Arroyo», dice. Y debajo: «Que estuvo a punto de morir y ni siquiera nos lo dijo. Además, siempre se olvida de cambiar el rollo de papel higiénico. Es una zorra».

    Es un cartel bastante grande y lo parece más aún porque lo sostienen dos chicas no muy altas, una pelirroja y una morena, que me fulminan con la mirada.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted17 days ago
    ¿Alguna vez piensas en ello?

    —¿En qué?

    —Hace cinco años. En aquella tarde.

    —Pienso mucho en ello —responde de inmediato, sin vacilar. Su expresión es indescifrable. Totalmente ilegible.

    —¿Por eso has venido a rescatarme? —bromeo—. ¿Porque seguías pensando en ello? ¿Porque llevas años suspirando por mí en secreto?

    Me mira directamente a los ojos.

    —No creo que tuviera nada de secreto.
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