Éramos unos niños

¿Adónde conduce todo? ¿En qué nos convertiremos? Aquellas eran nuestras preguntas de juventud, y el tiempo nos reveló las respuestas.

Cuando Robert venía solo, yo le suplicaba que se quedara. Él me aseguraba que me tenía siempre en el pensamiento

Robert y Terry me visitaban a menudo y, aunque no había nada negativo entre los tres, algo se quebró dentro de mí. Quizá fuera el frío, mi regreso a Brooklyn con las manos vacías o mi desacostumbrada soledad, pero me pasaba largos ratos llorando

Incapaces de romper nuestro vínculo, Robert y yo continuamos viéndonos. Mientras mi relación con Howie iba y venía, él me suplicaba que volviera. Deseaba que estuviéramos otra vez juntos como si nada hubiera sucedido. Quería perdonarme, pero yo no estaba arrepentida. No deseaba dar marcha atrás, sobre todo porque él parecía albergar aún una vorágine interna que se negaba a expresar

Mirando atrás, el verano de 1968 señaló una época de despertar físico tanto para Robert como para mí. Yo no había comprendido aún que su torturada conducta guardaba relación con su sexualidad

Mirando atrás, el verano de 1968 señaló una época de despertar físico tanto para Robert como para mí. Yo no había comprendido aún que su torturada conducta guardaba relación con su sexualidad

Algo le inquietaba, algo que no guardaba relación con el dinero. Nunca dejó de ser cariñoso conmigo, pero parecía preocupado

—Yo no pienso —insistió—. Siento

Me gustaba ser partícipe de sus fascinaciones

Me gustaba ser partícipe de sus fascinaciones