Entre el siglo I a. C. y el II d. C. varios millones de personas de clase media y baja constituyeron la plebe romana, en contraposición a la élite de la aristocracia. Su historia suele permanecer en la penumbra. En este retrato, Nicolas Tran privilegia a estos habitantes “ordinarios”, recreándose en sus espacios y relaciones sociales, sus familias y también sus reivindicaciones, protagonizadas por sus representantes, los tribunos de la plebe, cuya riqueza era apenas inferior a la de los patricios.
De la mano de este relato de la vida cotidiana romana el autor ofrece, en última instancia, una verdadera introducción a la historia de la Roma antigua y de sus habitantes.