La envidia, de hecho, es una clase de vicio, en parte moral y en parte intelectual, el cual consiste en jamás ver las cosas en sí mismas, sino solo por sus relaciones. Digamos que me estoy ganando un salario que es suficiente para cubrir mis necesidades. Debería estar contento, pero escucho que alguien más, quien no creo que sea superior, se está ganando un salario que es el doble del mío. Al instante, si tengo una disposición nerviosa, las satisfacciones que se derivan de lo que tengo se hacen tenues y empiezo a consumirme por una sensación de injusticia.