Con las celebraciones y fiestas en honor del dios Dionisio estaban estrechamente relacionados los misterios de Eleusis, que se celebraron durante casi dos mil años, desde aproximadamente el año 1500 a. C. hasta el siglo IV d. C. en cada otoño. Habían sido donados por la diosa agrícola Deméter como agradecimiento por el redescubrimiento de su hija Perséfone, a la que había robado Hades, el dios del averno. Otro regalo de agradecimiento fue la espiga de cereal, entregada por ambas diosas a Triptolemo, el primer sumo sacerdote de Eleusis. Le enseñaron el cultivo de los cereales, que luego difundió por toda la tierra. Pero Perséfone no podía quedarse siempre con su madre porque, en contra de la indicación de los dioses supremos, había aceptado comida de Hades. Como castigo debía pasar una parte del año en el averno. Durante ese tiempo, en la tierra imperaba el invierno, las plantas morían y se retiraban al reino de la tierra, para luego despertar a nueva vida en primavera, con el viaje de Perséfone a la superficie.