El caballero, además de ser guerrero, acata el patrón de comportamiento de la courtoisie, y su amor se encauza en el código del amor cortés, por tanto, debe ser de origen noble, refinado y expresarse cortésmente. Ha de ser, por tanto, buen guerrero y buen amador. El amor cortés o fin amor, cantado por los trovadores provenzales y codificado por Andrés el Capellán, en el tratado De amore, era la fuerza que inspiraba las acciones valiosas de los caballeros.[20]