Formol

Con eso de que hay que comer y vestir, tener trabajo es menester pues no hay de otra.

Lo único que hay que saber leer es la suciedad de la ropa, las sábanas, la casa. En los calzones están escritos los ciclos y las enfermedades, la escasez y la abundancia. En otras prendas se interpreta el sudor, si dulce o amargo habrás de leer. Aprende. Los zapatos dicen qué tanto y en dónde se ha estado o si todo es un deambular. En la cama se descifra el insomnio, la indiferencia, la pasión o el delirio. La mesa, después de las comidas, fíjate bien, tiene las huellas de la insatisfacción, la prisa, el sosiego o el bienestar. No necesitas conocer a la gente, tratarla, hablarle o que te hablen. Para entender mejor apártate. Sólo a solas cuando sirves puedes leer de verdad.

¿Por qué si dio su vida no se le concedió el único anhelo que terminó por hacerse delirio? Habrán de responder algunos con reflexión espiritual, que se buscaba a sí mismo, que fue sólo vehículo, habrán de ofrecer un enfoque empresarial quienes piensen que no tenía clara su misión / visión

¿Pues cómo no iban a estar al silencio abrazados?, si su palabra ahora ya era un río difunto, un río entubado como el río Piedad ahora viaducto, como el río Magdalena hoy avenida. Como los moscos, que necesitan agua para reproducirse, su voz ya no tuvo dónde hacer larva, dónde crecer y desarrollarse como todas las voces alrededor del mundo que siguieron desplegando no sólo cantos sino ideas, zumbidos, picaduras. Y las ideas ya se secaban, ya no prendieron como cualquier ramita echa raíz según su suelo.

Es verdad que los españoles se encontraban sitiados por el ronroneo, el ruido atmosférico sin significación para ellos que los envolvía, como el hablar de los pájaros que sin saberlo nosotros entre ellos comentan todo el tiempo sobre nuestra vida.

Y todo casi en náhuatl, la lengua que expresa lo que la tierra tiembla.

otros mundos
(cuestión extraterrestre)
todo el tiempo un todo el tiempo ver al cielo
imaginar seres imaginarios

tocados en la frente accesorios de guerra
tecnología extraña insólitos saberes

poderes extraordinarios
(prehispánico-espacial)
todo el tiempo un todo el tiempo ver al cielo
y al pasar de los años descubrir, firmamento,

que en el cielo no hay nada
que en el cielo no hay nada

¿O qué, Larca, eso que ves ahora no es México también?

–¿Qué es eso de México? Eso no existe.

–¿México no existe?

–Es una idea bonita, México. Algo que había hace mucho tiempo. Pero todo se va transformando, ¿me entiendes, chata?, es bonito ir a los museos a ver vasijas y figurillas, es bonito conocer lo remoto

En ese tiempo había que ir a París, pero creo que hoy no tanto… como que ya no pasa nada en París, ¿verdad?, tú me dirás, ¿a dónde te gustaría ir?